A la hora de comprar auto, la variedad de opciones puede resultar abrumadora. Dos de las más populares, cuando te gusta la deportividad, son los sedanes y los hatchback deportivos.
Los dos vehículos ofrecen muy buenas prestaciones en términos de rendimiento, diseño y equipamiento, pero cada uno tiene características que hacen que la elección final dependa de tus necesidades o gustos individuales.
A continuación, te ayudamos a resolver el dilema:
Es una diferencia determinante a la hora de elegir qué auto comprar. En líneas generales, el hatchback tiene una carrocería más compacta y corta, generalmente con un diseño angular y una gran puerta trasera que se levanta en conjunto con el vidrio posterior.
Adicionalmente, la carrocería tiene una configuración de 2 cajas: una en la que va el motor y otra que es compartida por los pasajeros y el espacio de carga, separados entre sí por las sillas traseras.
Los autos sedán deportivos, por su parte, tienen una carrocería más larga y estilizada, con líneas más suaves y aerodinámicas. A diferencia del hatchback, posee una configuración de tres cajas: una en la que encuentras el motor, otra para los pasajeros y una tercera que es el maletero, independiente y con una puerta fija y separada de la ventana posterior.
Más allá de las diferencias en el aspecto de los vehículos, puedes evaluar sus capacidades de transporte de carga. Los hatchback deportivos suelen ser más eficientes en este aspecto. Su puerta trasera integrada al vidrio, junto a la posibilidad de abatir las sillas, crea un amplio espacio en el que puedes llevar objetos voluminosos y descargarlos sin problema.
Los autos sedán deportivos, por el contrario, nunca podrían transportar el volumen de carga que el más pequeño de los hatchbacks; su maletero está diseñado para llevar maletas o cosas pequeñas que una familia suele llevar de un lado a otro.
De ahí que, al evaluar los factores de decisión de compra según necesidades, la balanza tienda a inclinarse hacia el hatchback en el caso de las personas que buscan transportar, además de su familia, cargas voluminosas.
Los hatchbacks suelen destacar por su diseño compacto, líneas aerodinámicas, potencia y agilidad para la conducción tanto en carretera como en espacios urbanos. En cierta forma, exhalan un aire juvenil, enérgico y aventurero que llaman la atención de los amantes de los deportivos.
Los autos sedán deportivos no son necesariamente lo contrario. Aunque su diseño tiende a ser más sobrio y suelen ser más voluminosos en su parte externa, también ofrecen altas dosis de potencia y agilidad en la conducción.
En ese sentido, al hablar de hatchback o sedán en este punto, todo depende de las prestaciones del modelo específico. Hoy en día puedes encontrar sedanes con un diseño muy compacto y motores bastante potentes, que en términos prácticos no le envidian nada a su antagonista.
Los sedanes se distinguen por su aspecto elegante y su enfoque en el confort, sin comprometer la deportividad y el estilo fresco y juvenil. Ejemplo patente de esto lo encuentras, por ejemplo, en el Mazda 3 Sedán y en el Mazda 6 HIGH PLUS 2.5..
Con diseños más alargados, ofrecen una sensación de sofisticación y suelen tener un mayor espacio interior para los pasajeros en la parte trasera, lo cual los convierte en una opción ideal para viajar cómodamente.
La respuesta a la pregunta: ¿hatchback o sedán?, solo la tienes tú. Ninguna opción es mejor que otra. Todo depende el uso que le vas a dar al vehículo, tus gustos y tu estilo. Si valoras la versatilidad, la agilidad y la capacidad de carga podrías encontrar en el hatchback la opción perfecta. Pero si buscas elegancia, confort y un mayor espacio interior, deberías pensar en la otra opción.
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