Al conducir un automóvil es indispensable hacerlo de manera consciente, algo que implica respetar las señaléticas, manejar a la defensiva, estar siempre atento e incluso ser cordial con otros conductores, peatones y ciclistas. Sin embargo, muchas personas olvidan las responsabilidades del conductor y manejan sus vehículos de manera temeraria, realizando acciones que no solo ponen en peligro sus vidas, sino también las de los demás.
Aunque se trate de algo evidente para gran parte de los automovilistas, no se puede dar por sentado que todos conocen la forma de cómo conducir correctamente un auto. Por eso, vale la pena revisar las principales características de un buen conductor:
El celular es un elemento con el que se hace todo hoy en día, y cuesta despegarse de él. Sin embargo, parte de las responsabilidades de un conductor radican en poner toda la atención en el volante, evitando distracciones como llamadas o mensajes de WhatsApp, los cuales pueden ser atendidos después.
Si te sientes cansado o tienes sueño, evita manejar. En un simple pestañeo puedes provocar un accidente, por lo que en estos casos es preferible abstenerse de conducir.
Fumar no es aconsejable en ningún caso, pero si es parte de tu vida, evita hacerlo mientras manejas.
No solo es nocivo para la salud, sino que además presenta un peligro al manejar: ¿qué pasa si una brasa del cigarro salta o se desprende mientras conduces? Lo más probable es que pierdas la concentración por intentar evitar quemarte o para que no se dañe el tapiz, aumentando las posibilidades de causar un accidente de tránsito.
Al dar el examen de manejo se debe estudiar las reglas del tránsito. Sin embargo, con el paso del tiempo es posible que algunas de las normativas se olviden. Por eso, dentro de las responsabilidades del conductor es fundamental tener claridad en la materia para evitar accidentes y aumentar la seguridad vial.
Nunca está de más mencionar lo que parece obvio: si vas a beber bebidas alcohólicas, es mejor que pidas a un amigo (conductor designado) que te lleve, o que de plano tomes un taxi. Jamás te confíes de tus habilidades, pues con el alcohol tus sentidos no se encuentran al 100%, además de infringir la ley.
Los seguros automotrices te cubren en caso de accidentes provocados por ti o por otros. Como siempre existe esa posibilidad, es indispensable contar con un seguro con buena cobertura, disminuyendo los gastos en caso de eventualidades.
Ten la costumbre de señalizar siempre cuando dobles o cuando te detengas en caso de emergencia. Esto pondrá en alerta tanto a los vehículos a tu alrededor como a los peatones.
Es importante que estés en todo momento alerta, manejando a la defensiva y poniendo atención a lo que pasa alrededor, pues aunque te consideres un muy buen conductor, siempre habrá factores que escapen de tu control o de tu responsabilidad.
Parte de las responsabilidades de un conductor avezado residen en la capacidad de mantener siempre la distancia respecto al vehículo que se encuentra adelante. Esto permite reaccionar a tiempo en caso de frenadas bruscas, evitando accidentes.
A veces, las personas descargan sus frustraciones en la vía con otros conductores, peatones, o ciclistas. Evita caer en aquello de la “ira del conductor”: no toques la bocina a menos que sea estrictamente necesario, ni menos te desgastes en gritar a otros conductores aunque estos no manejen como se deba. Mantente tranquilo siempre, y respira hondo antes de actuar.
Además de lo anterior, el conductor responsable usa siempre el cinturón de seguridad, revisa el estado del vehículo antes de salir, se asegura de contar con el kit de emergencia y botiquín, y comprueba el estado de la rueda de repuesto.
Ser un buen conductor es clave para una buena convivencia vial y disminuir los riesgos de accidentes. De esta forma, podrás transitar con mayor seguridad, protegiendo tanto tu vida como la de terceros.